Frases de Romeo y Julieta, la más grande historia de amor

La famosa novela “Romeo y Julieta” surge gracias a la inspiración del famoso dramaturgo William Shakespeare, quien se dejo conquistar por los hermosos y románticos escenarios de Verona, Italia para ambientar su obra de amor trágico de una forma muy peculiar.

Basándose además en excelentes fuentes artísticas como el poema antiguo de “Las Metamorfosis” y las mitologías griegas de los amantes griegos “Píramo y Tisbe” y así crear a sus apasionados personajes. Hoy en día su obra es una de las más aclamadas y dramatizadas a nivel mundial por cientos de artistas reconocidos del medio.

Romeo y Julieta
Romeo y Julieta

Primer acto de la obra, Romeo conoce a Julieta

Esta dramática historia se divide en cinco actos, siendo el primero el que da origen a conocer la procedencia de los protagonistas (Romeo y Julieta). Se describen los personajes que integran cada una de sus familias (Capuleto y Montesco respectivamente) de las cuales descienden; así como la riña y el odio que existe entre ambas.

Mas adelante Romeo asiste con sus amigos Mercucio y Benevolio a una fiesta de máscaras que ofrecen los Capuleto en su casa, es allí donde el mismo descubre no estar tan enamorado de Rosalina (su actual relación). Ya que al llegar al sitio conoce a Julieta con un beso y se enamora profundamente sin siquiera saber lo suficiente acerca de ella.

Segundo acto, Romeo contrae matrimonio con Julieta

Una vez culminada la fiesta Romeo se devuelve a la casa de los Capuleto para volver a ver a su amada Julieta, por lo que se las ingenia para trepar con ansias hasta la ventana de su habitación para verla. De aquí nace la típica escenografía del balcón donde los protagonistas se dictan prosas y versos amorosamente. Lo cierto es que al llegar a la habitación Romeo sorprende sigilosamente a Julieta para llegar a un acuerdo.

Ambos perdidamente enamorados, aún sabiendo que entre sus familias no existe una posible reconciliación se empeñan en tal amor y deciden llevarlo adelante. Surgiendo como idea descabellada casarse en secreto con ayuda del amigo de Romeo, Fray Lorenzo; tal planificación se lleva acabo a la mañana siguiente sin problemas.

Los dos más famosos enamorados
Los dos más famosos enamorados

Tercer acto, el inicio de un nefasto desenlace

La clandestina boda se da a conocer definitivamente entre las familias cuando surge una pelea entre Mercucio y Tebaldo (pariente de la familia Capuleto) en una plaza de Verona. Estos se enfrentan por una larga discusión iniciada por Tebaldo, ya que no esta de acuerdo en lo absoluto sobre la aparición de Romeo en la fiesta de máscaras.

La disputa se torna violenta cuando interviene Romeo y le revela con sus propias palabras a Tebaldo su nuevo parentesco con Julieta. Tebaldo muy alterado provoca a Mercucio quien saca su espada para defender a su amigo; luego Romeo intenta intervenir pero solo consigue la muerte de su querido amigo.

Enfurecido Romeo asesina a Tebaldo y huye desesperadamente a la celda de Fray Lorenzo donde permanecería oculto. Romeo es desterrado de Verona por el Príncipe Escala y se despide de Julieta en un corto encuentro partiendo a Mantua.

Cuarto acto, Julieta se da por muerta

Por si no fuese ya suficiente, para empeorar aún más la situación el padre de Julieta pone finalmente fecha de matrimonio entre ella y el conde de París. Julieta desesperada y sin saber que hacer acude a la celda de Fray Lorenzo para pedirle ayuda o esperanza. El plan de Lorenzo consistiría en darle una especie de sedante a Julieta que la daría por muerta ante su familia por unas cuantas horas, una vez que contrajera matrimonio con el conde.

Julieta sería llevada al panteón de los Capuletos en un ataúd dando chance a que Romeo fuese a buscarla para cuando todos se hayan retirado. Siendo avisado previamente por el fraile para que este pudiese llegar a tiempo, sacarla del sepulcro y escapar juntos a Mantua.

Quinto acto, Romeo y Julieta mueren por amor

El arriesgado plan aparentemente marcha perfectamente hasta que comienzan a ocurrir una serie de eventos desafortunados. El fraile, quien debía informar a Romeo por medio de una carta para que este llegara a tiempo fue retenido en la ciudad por el plan de contingencia debido a la peste que azotaba a la población. Pasan las horas y Romeo impaciente recibe la noticia por otros medios sobre la muerte y ubicación de Julieta.

Romeo toma la decisión de comprar un veneno a un droguero de Mantua y parte velozmente hacia Verona, sin contar que al llegar al sepulcro se encontraría de frente al conde de París. Ambos se enfrentan en una ruda pelea conllevando a la muerte a Romeo. A los pocos minutos Julieta despierta y al ver a Romeo muerto se apuñala a si misma al corazón causándose la muerte.

Finalmente, la historia concluye con la reconciliación de ambas familias tras culparse así mismas por haber propiciado aquel fatal desenlace; habiendo podido aceptar las cosas desde un principio sin generar tantas complicaciones entre los enamorados.

Fin de Romeo y Julieta
Fin de Romeo y Julieta

Frases de Romeo

Te tomo la palabra. llámame solo amor, será un bautismo, desde hoy nunca más seré Romeo.

¿Sabía yo lo que es el amor? Ojos jurad que no, porque nunca había visto una belleza así.

Aquí yace Julieta, y su belleza convierte el panteón en radiante cámara de audiencias.

Con las alas del amor salté la tapia, pues para el amor no hay barreras de piedra.

Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar.

Tan herido estoy que no puedo cruzar el umbral de mi tristeza. El peso del amor me aplasta.

El alma humana tiene grandes misterios que penetrar y grandes cuestiones que debatir cuando está sola.

Sus ojos en el cielo alumbrarían tanto los caminos del aire que hasta los pájaros cantarán ignorando la noche.

¡Pues que me detengan! ¡Que me maten! Tengo más ganas de quedarme que de irme. ¡Ven muerte! Sé bienvenida; Julieta lo quiere así.

Muerte que robó la miel de tus labios, no tiene poder sobre tu belleza.

Los enamorados pueden andar sobre las telas de araña que se mecen en el tibio calor del verano, así de leve es la ilusión.

¿Delicado el amor? No, es duro, es áspero y agresivo, es punzante como el espino.

Más vale morir por su odio que prolongar la muerte sin tu amor.

El amor es una nube que flota sostenida por un suspiro.

Enséñame a olvidarme de pensar.

¿Qué luz alumbra esa ventana? Es el oriente, y Julieta, el sol.

Se ríe de las cicatrices quien nunca ha sentido una herida.

Mi amor, mi esposa, la muerte que ha libado la miel de tu aliento no ha tenido poder sobre tu belleza. Y no estás vencida.

El amor va en busca del amor como el estudiante huye de sus libros, y se aleja del amor esquivo como el niño deja sus juegos para volver al estudio.

El manto de la noche me esconderá de ellos, con tal de que me quieras que me encuentren aquí. Más vale que acabe mi vida por su odio, que prorrogar la muerte sin tener tu amor.

Frases de Julieta

Esos placeres violentos tienen un fin igualmente violento, y mueren en pleno triunfo, como el fuego y la pólvora, que al besarse, se consumen.

Mucho puede hacerse por odio, pero mucho más por amor.

Oh, Romeo, Romeo, ¿por qué eres Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu nombre, o si quieres no, pero ser juramentado mi amor, y voy a dejar de ser una Capuleto.

No sé si mi mano podrá expresar lo que mi corazón siente.

Cuando te vi me enamoré y tú sonreíste porque lo sabías.

Sus ojos en el cielo alumbrarían tanto los caminos del aire que hasta los pájaros cantarán ignorando la noche.

La vida es la tortura, y la muerte será mi descanso.

Demasiado pronto te he visto sin conocerte y demasiado tarde te he conocido.

El amor verdadero es más rico en obras que en palabras, más en la esencia que en la forma.

La miel más dulce resulta empalagosa por su propio dulzor y, al gustarla, estraga el paladar. Ama, pues, con moderación, que así lo hace el amor perdurable.

Mi negra suerte quiere que me enamore del único hombre al que debo odiar.

Con calma y con prudencia, que pronto tropieza quien mucho corre.

Besaré tus labios, quizás todavía quede un poco de veneno como para morir besándonos.

¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida muerte!.

Una copa tiene en las manos. Con veneno ha apresurado su muerte. ¡Cruel! No me dejó ni una gota que beber. Pero besaré tus labios que quizá contienen algún resabio del veneno. Él me matará y me salvará.

Ven, noche gentil, noche tierna y sombría dame a mi Romeo y, cuando yo muera, córtalo en mil estrellas menudas: lucirá tan hermoso el firmamento que el mundo, enamorado de la noche, dejará de adorar al sol hiriente.

¿Puedes marcharte así mi amor, mi dueño, mi compañero? Es necesario que yo reciba noticias tuyas cada hora del día, porque cada hora de tu ausencia representa más de un día.

No jures por la luna, no, la luna inconstante, que cambia cada mes en su órbita redonda, no sea que tu amor, como ella, se vuelva caprichoso.

La separación es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca.

La muerte libó la miel de su aliento.

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