Ejercicios de Kegel, recomendables durante el embarazo y después del parto

Chica embarazada
Chica embarazada

El embarazo es una etapa crítica en la vida de la madre y del bebé, son muchos los cuidados y precauciones que se han de tener presentes y aplicarlos para que todo salga a la perfección. Los ejercicios de Kegel se consideran de gran importancia durante este periodo y aún después para la recuperación de la mamá

La función de los ejercicios de Kegel no es otra que la de fortalecer los músculos localizados por debajo del útero, del intestino grueso y de la vejiga. Aunque estos ejercicios también son beneficiosos para los hombres y mujeres que sufren de escapes de orina o control intestinal, está especialmente indicado para las mujeres durante un embarazo o para después del parto.

Los ejercicios de Kegel son recomendados cuando aparecen problemas derivados del envejecimiento, aumento de peso, después de una cirugía ginecológica en las mujeres, de una cirugía de próstata en los hombres y durante el mencionado periodo de embarazo y parto. Es, en este último caso, en torno al cual irá enfocado el presente artículo, ya que ofrece una gran ayuda para un momento de especial importancia en la vida de toda mujer.

¿En qué consisten los ejercicios de Kegel?

Básicamente, con este tipo de ejercicios se consigue tonificar el suelo pélvico, que son todos aquellos músculos que mantienen activos, en su sitio y en perfecto funcionamiento, el útero, la vejiga y el recto.

Son útiles tanto durante el embarazo como después del parto. Visitando un centro especializado, la realización de estos movimientos se optimizarán y ofrecerán mejores resultados. La clinica de fisioterapia en granada Susana Domínguez se presenta como el referente en fisioterapia y suelo pélvico. Desde esta clínica se ofrece un innovador método de entrenamiento prenatal online, de este modo, las madres podrán ejercitarse desde casa, preparándose para el embarazo.

Los ejercicios de Kegel consisten en una continuada sesión de contracción y relajación de los músculos localizados en toda la zona pélvica y genital. Practicando de forma regular estos movimientos se logrará un mejor control de la vejiga y los movimientos intestinales, que se ven muy forzados durante este periodo. Se consigue, del mismo modo, un aumento de la fuerza y de la resistencia de este conjunto de músculos, estimulando la mejora cuando se usan.

A la pregunta de si sirven para hacer ejercicio durante el embarazo, la respuesta es un sí rotundo. Los beneficios recibidos se notarán en el momento del parto, facilitándolo. Sim embargo, no es esta la única ventaja.

Beneficios de los ejercicios de Kegel

No es poca la ayuda que se recibe de esta técnica de ejercicios físicos invisibles, llamados así porque sus resultados no se reflejan en el exterior. Estos son los más destacados.

Mejora del control de la vejiga

Es bastante habitual que las mujeres, durante el embarazo y algún tiempo después de haber dado a luz, tengan pérdidas de orina, sobre todo si el parto fue vaginal o no es la primera vez. Con estos ejercicios, se evitan o mejoran notablemente los problemas relacionados con la incontinencia, ya sea cuando se tienen muchas ganas o por realizar esfuerzos, (al toser, reír o estornudar).

Proporciona fuerza para soportar los órganos pélvicos

También es normal que, durante un parto vaginal, se debilite la musculatura de la zona que entra en acción, produciéndose un sobreesfuerzo que termina con la caída de uno o varios órganos pélvicos, provocando que el útero, el intestino y/o la uretra se aflojen y ejerzan peso y presión sobre la vagina. Con los ejercicios de Kegel, es posible fortalecerlos y evitar este prolapso de la musculatura pélvica.

Reducción del riesgo de incontinencia fecal

Por último, también está comprobada su tremenda eficacia para reducir o evitar las pérdidas de heces que, en casos concretos, se pueden llegar a tener antes llegar al baño. Estos ejercicios también fortalecen de forma sorprendente los músculos rectales.

La forma de llevar a cabo los ejercicios de Kegel

Como ya se indicó al principio de este artículo, los ejercicios de Kegel son muy fáciles de realizar, básicamente consiste en contraer y relajar los músculos que se utilizarían en el caso de querer interrumpir una micción. Estos son los pasos para hacerlos correctamente.

1.       Localizar los músculos que hay que trabajar

Para no cometer errores se deben tener claramente localizados los músculos que se deben contraer y soltar. Un método que facilitará el encontrarlos es el de introducir un dedo en la vagina y, tal y como se suele hacer para no soltar un gas, apretar los músculos, comprobar cuáles son los músculos que entran en acción. Del mismo modo, se puede sumar el intento de controlar el gas junto al de interrumpir la expulsión de orina. Se deberá repetir el ejercicio tantas veces como sea necesario para tener claro los músculos que trabajan. Para dar eficacia al ejercicio, las repeticiones serán recomendadas por el médico.

2.       Al principio, acostada

Aunque la idea es que se pueda hacer en cualquier posición, lo ideal es comenzar de la forma más cómoda posible. Tumbada permitirá una mejor concentración y facilidad en la localización de los músculos y en la realización del ejercicio, al menos en las primeras veces.

3.       Contracción y relajación

De contracción y de relajación son los dos movimientos fundamentales y básicos, aunque hay diferentes formas de ponerlos en práctica. Por un lado, contraer de forma prolongada, aguantando el esfuerzo durante unos segundos y repitiendo el proceso una y otra vez, aumentando segundo a segundo con cada ejercicio. Por otro lado, contraer y relajar varias veces, pero de forma rápida. Una tercera forma de practicar estos ejercicios sería manteniendo la contracción durante tres segundos para dejarlos relajados durante el mismo tiempo, otros tres segundos, repitiendo la operación varias veces.

4.       Aumento de la tensiónEs fundamental que en la práctica de los ejercicios de Kegel se vaya aumentando la intensidad del trabajo de contracción y relajación en proporción al fortalecimiento de los músculos. Lo más aconsejable es ir comenzando muy lentamente para ir subiendo tanto en el número de las repeticiones como en la duración, así como en la intensidad de la tensión.

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